La Escuela de Ingeniería Agraria y Forestal de la ULE celebró ayer su festividad patronal
La Escuela de Ingeniería Agraria y Forestal de la ULE celebró ayer su festividad patronal
El centro acogió la graduación y entrega de premios en una ceremonia en la que recogieron sus becas e insignias los alumnos que concluyeron sus estudios.
El Salón de Actos de la Escuela de Ingeniería Agraria y Forestal (EIAF) de la Universidad de León (ULE) acogió en la tarde de ayer la celebración de la festividad patronal de San Isidro labrador, con una ceremonia de graduación y entrega de premios que fue presidida por el rector, Juan Francisco García Marín, el alcalde de León, José Antonio Díez, y el director del centro, Luis Herráez Ortega, que abrieron el acto con palabras de bienvenida y de felicitación para los nuevos egresados.
Herráez habló del carácter ‘especial’ de la escuela, y destacó el buen ambiente, la forma de trabajar y la relación de cercanía y compañerismo que se establece entre alumnos, profesores y también con las empresas del sector. El rector reconoció su cariño por el centro, que explicó por, entre otras cosas, la “relación que tiene con la veterinaria en lo relativo a la producción animal”. Como acostumbra a hacer en este tipo de actos, García Marín pidió a los nuevos graduados que agradecieran a sus padres y familiares el apoyo que les han prestado, porque “seguro que habrán pasado los mismos apuros que vosotros con vuestros estudios, y hoy estarán aún más satisfechos e ilusionados”.
El alcalde dijo estar seguro que el paso por la escuela habrá conseguido que los graduados sean “mejores personas y mejores profesionales”. José Antonio Díaz apuntó que, como alcalde, le gustaría que todos “os pudierais quedar a trabajar en León. Somos una provincia con gran peso en el sector, -añadió-. raro será que no tengáis oportunidades laborales”.
HISTORIA Y EVOLUCIÓN DEL CATASTRO
La conferencia de la jornada, antes de dar paso a la entrega de premios, corrió a cargo de José María Trapero García, del Cuerpo de Ingenieros Técnicos Agrícolas del Estado y antiguo alumno de la escuela, que impartió una interesante charla titulada ‘¿Cómo está lo de tu recurso en el Catastro?’, en la que relató la historia y evolución del catastro, con muchas anécdotas e historias curiosas, y acabó animando a los graduados a que consideren las posibilidades laborales que pueden encontrar en este ámbito. Trapero sugirió a los responsables de la EIAF que estudiasen la posibilidad de crear una ‘microcredencial’ sobre el tema, por lo poco conocida que es la tarea catastral, y las múltiples posibilidades de empleo que genera.
Seguidamente los representantes de los colegios profesionales de ingenieros agrónomos, Ignacio Mucientes, y de ingenieros técnicos agrícolas, Maximino González, animaron a los egresados a colegiarse, y el Jefe del Servicio Territorial de Agricultura y Ganadería, Fidentino Reyero, se unió a las enhorabuenas a los nuevos titulados, y les recomendó que siguieran siempre mejorando su formación para estar al día de todas las novedades.
ENTREGA DE PREMIOS Y DISTINCIONES
La entrega de premios comenzó con la ‘Placa de reconocimiento’ concedida por la EIAF a la ‘Fundación Antonino y Cinia’, por su labor de conservación de las tradiciones, cultura y el modo de vida del mundo rural. Fue recogido por Nadia Teixeida.
A continuación llegó el turno del que concede el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos y Graduados Agrícolas de León, que hizo entrega del XXXI premio anual al mejor trabajo de fin de grado (TFG), dotado con 600 €, a José Luis Redondo Martínez, por ‘Proyecto de cebadero de porcino ibérico para 2.000 cerdos en Villaquejida (León‘, que fue dirigido por su tutora Julia Morán del Pozo.
En cuanto a los premios de la ‘IX Olimpiada Agroalimentaria, Agroambiental y Forestal de Castilla y León’, se hizo entrega de los galardones a los estudiantes que mejores calificaciones obtuvieron en las pruebas, que fueron los siguientes:
– Primer premio en la especialidad de ‘Geología y Ciencias Ambientales’, dotado con 125 euros, para Darío Cepeda Mayo, del IES Astúrica Augusta,
– Segundo premio en la especialidad de ‘Geología y Ciencias Ambientales’, dotado con 100 euros, para Paula Ramos Calvo, del IES Astúrica augusta,
– Primer premio en la especialidad de ‘Tecnología e Ingeniería’, dotado con 125 euros, para Jon Gutiérrez Mencía, del IES Eras de Renueva,
– Segundo premio en la especialidad de ‘Tecnología e Ingeniería’, dotado con 100 euros, para Nicolás Manjón Serfaty, del IES Asturica Augusta.
Se hizo entrega también de los premios a los centros participantes en la prueba que obtuvieron mejor clasificación, que fueron los siguientes:
– Primer premio, dotado con 250 euros, para el IES Astúrica Augusta, que fue recogido por Juan Carlos Berdasco Valle, director de centro
– El 1º y 2º premio en la especialidad de ‘Biología’, que correspondió a María Moreno Pacho y Enrique Villarmor Ramos, del IES Álvaro Yáñez de Bembibre, al que corresponde el 2º premio al mejor centro, serán entregados en un acto que se celebrará en Ponferrada el próximo 28 de mayo.
– El Premio del ‘Concurso de ideas para el Jardín Romántico del Bierzo’, fue entregado a Samuel Álvarez Juan por el Director de la Biblioteca Enrique Gil, Valentín Carrera, por el proyecto ‘Naturaleza susurrante’. Recibieron diploma como finalistas Celia Prieto Inyestio y Leonardo Revilla Marote
PREMIO ‘CERES’ EIMPOSICIÓN DE BECAS E INSIGNIAS
Finalmente, representantes de la Delegación de Alumnos de la EIAF hicieron entrega del ‘Premio Ceres’, en reconocimiento a la labor docente desempeñada, al profesor Francisco Javier López.
El acto académico concluyó con la imposición de insignias y becas a los titulados del curso 2022-2023 del Grado en Ingeniería Agraria, y 5 del ‘Máster de Ingeniería Agronómica’. que habían confirmado su asistencia. Tras escuchar el ‘Gaudeamus Igitur’ y las palabras de despedida del Director de la EIAF, que animó a los graduados a quienes deseó suerte y éxito en su desempeño profesional, al tiempo que les recordó que encontrarán siempre abiertas las puertas de la escuela, la jornada festiva se cerró con la tradicional ‘espicha asturleonesa’.